jueves, 26 de febrero de 2015

INNOVANDO DIARIAMENTE (MODELO PARA INNOVAR).



Los proyectos innovadores son los que pueden hacerse sitio en el mercado. Si se duplican servicios o productos se está en disposición del fracaso, ¿para qué ofrecer un servicio que ya es ofrecido? Así sólo se puede aspirar a satisfacer como mucho a la mitad de la potencial clientela, o a un tercio, entónces, ¿dónde está el beneficio y la rentabilidad de nuestro proyecto? Hay que ofrecer algo nuevo, especializarse, ser único, hay que innovar. En el texto se dan una serie de directrices para conseguirlo, lo que me ha hecho pensar en un proyecto en el que participé activamente, yo diría lo lideré pero no quiero ser pretenciosa, que ya era innovador hace diez años y sigue siéndolo hoy en día. Se trata de un proyecto de empleo en el sector doméstico donde la innovación estaba en el control de los salarios de las trabajadoras, la redacción de contratos escritos para las trabajadoras y sus nóminas, así como un seguro de salud.
Hace unos días en una entrevista de trabajo me preguntaron: “...¿y cómo captábais las ofertas de empleo para las trabajadoras?” muy sencillo, no nos anunciábamos ni teníamos que hacer ningún esfuerzo extra, simplemente ofreciendo un servicio de calidad e innovador el boca a boca nos hacía la publicidad.
Antes de meterse de lleno en el camino de la innovación es necesario tener en cuenta:
  • qué necesidades tenemos.
  • Qué sentido queremos darle al proyecto.
  • Qué hemos aprendido de lo que ya hemos hecho, por qué experiencias hemos pasado.
Lo que mueve para innovar es “la necesidad de”. Nunca llegaremos a innovar si no tenemos aspiraciones, si nos conformamos, si no somos concientes de nuestras escaseces. Una organización con escasez significa que tiene competencia en el mercado y que tiene “la necesidad de” y ello es un estímulo para la innovación.
La innovación no puede ser algo aislado, no vale sacar un producto innovador de manera aleatoria, sino que debe sustentarse en un proyecto global, con un sentido común.
A su vez, para poder innovar primero tenemos que aprender y la mejor forma de hacerlo es viviendo experiencias propias, unas con éxito, otras con fracasos, pero lo importante es la vivencia adquirida.
La siguiente fase es tener claros los elementos fundamentales para innovar: la clientela, la calidad y la comunicación.
El cliente es el centro del proyecto innovador por lo que habrá que analizar sus necesidades no sólo para satisfacerlas sino también para ser el primero en crearlas lo que obliga a que la oferta deba estar en contínuo movimiento e innovación. Al mismo tiempo es fundamental mantener una relación de intercumnicación con el cliente respetando sus propuestas y participación para que la oferta de servicios sea más satisfactoria. Ésto nos lleva a analizar a la clientela, conocerla, sólo así el proyecto innovador tiene sentido.
La calidad no sólo se refiere al resultado final del producto sino a todo un proceso integrado e integrador. La necesidad de calidad debe surgir del cliente, las personas trabajadoras, la dirección, las personas accionistas, etc. La calidad está por encima del beneficio económico. Un proyecto innovador se centrará en la calidad como proceso y fin en si mismo.
Por último, un proyecto que quiera ser innovador debe dedicar tiempo a la intercomunicacación interna, con el cliente y con el entorno, para conocer y que nos conozcan, para trasladar ideas y recogerlas.
Estos tre elementos fundamentales tendrán mayor o menor eficacia en el proyecto dependiendo del estilo directivo con el que se usen. Lo que está ampliamente demostrado es que la dirección que se basa en el poder, en las imposiciones (así es nuestra actual cultura de empresa), no funciona ya que de esta forma ni se llega a saber lo que quiere el cliente, ni se fomenta la intercomunicación y por tanto en este sentido nunca existirá calidad.
Para que un proyecto o una organización sean innovadores el estilo directivo debe basarse en la cultura del cliente (el cleinte es el centro de la organización) y en la intercomunicación, que sea participativo, grupal y más democrático.
Por último, el proyecto innovador será aquel cuyos valores vayan acordes
con el sentido global del mismo, con los resultados que se persiguen y con los recursos utilizados. Éstos valores son el respeto, la responsabilidad, la mejora continua y la calidad. El cliente nos va a ayudar a desarrollar el respeto hacia el otro en la medida que lo tengamos como referente. La responsabilidad hacia el trabajo bien hecho, lo que requiere cierta autonomía en el qué hacer diario. De aquí nace el compromiso con el trabajo, con la organización y con el cliente. La mejora continua como base de la innovación y desde un trabajo grupal.

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